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Científicos españoles producirán vacunas para coronavirus en tabaco y lechuga transgénica

Los investigadores españoles planean producir una vacuna contra el SARS-CoV-2 en plantas utilizando tecnologías disponibles en Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG).

Inmunólogos, epidemiólogos, matemáticos, ingenieros… una variedad de científicos en todo el mundo están cambiando su enfoque principal de investigación en estos días con el objetivo de aportar soluciones para la devastadora pandemia de SARS-CoV-2. Los investigadores de plantas no son ajenos a esto.

Los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG), María Coca y Juan José López-Moya, proponen usar su experiencia en biotecnología y virología de plantas, respectivamente, para producir antígenos de SARS-CoV-2 que podrían usarse como vacunas. Coca y López-Moya proponen experimentar con diferentes sistemas de expresión derivados de plantas y han reunido un equipo con colegas de otros centros de investigación (CNB, IBMCP, CEBAS) que incluye un experto en inmunología en coronavirus que realizaría los estudios de validación en ratones y en cultivos celulares.

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“Los sistemas de producción que proponemos superarían algunos de los problemas asociados con otros sistemas de producción de vacunas, como las dificultades para aumentar la producción o la necesidad de aislar el antígeno y purificarlo. Los sistemas de las plantas también están libres de otros patógenos humanos, y la producción sería segura a un costo mucho menor en términos de tiempo y dinero ”, explica María Coca.

Las plantas como biofábricas económicas

Los humanos han dependido de las plantas para curar enfermedades desde la antigüedad. La farmacoterapia moderna incluye muchos medicamentos cuyos compuestos activos se descubrieron inicialmente en plantas, y las plantas silvestres aún están bajo investigación con la esperanza de encontrar nuevos compuestos bioactivos. En este sentido, la capacidad de las plantas para sintetizar una amplia gama de moléculas es bien conocida.

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Gracias a las modernas herramientas biotecnológicas, hoy en día los investigadores pueden diseñar plantas para producir otros compuestos de interés como los antimicrobianos. En 2019, María Coca, junto con el experto en virus de plantas del IBMCP José Antonio Darós, ya demostró que pueden producir compuestos antifúngicos activos en plantas de Nicotiana benthamiana. Para hacerlo, diseñaron un virus vegetal para producir proteínas antimicóticas dentro de las hojas de la planta. Esta misma estrategia podría usarse ahora para producir antígenos SARS-CoV-2, no solo en N. benthamiana, sino también en plantas de lechuga.

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«Una vez que el sistema se haya desarrollado y validado, sería muy fácil implementarlo para la producción de antígenos», explica López-Moya.

«Con su adaptación a la lechuga, incluso podríamos probar la inmunización oral», agrega Coca.

Entre muchas otras ventajas, vale la pena señalar que las plantas se pueden cultivar fácilmente en países en desarrollo que carecen de métodos sofisticados de producción de proteínas, contribuyendo así con soluciones a gran escala a esta crisis global.

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Los investigadores de CRAG también tienen experiencia en la adaptación de tecnologías derivadas de plantas a otras plataformas que pueden adaptarse para la producción de antígenos SARS-CoV-2, como los cultivos de levadura de rápido crecimiento donde han producido con éxito compuestos antimicóticos. Con estos enfoques, los antígenos SARS-CoV-2 podrían producirse en cuestión de días a escalas industriales.

En relación con esto, en colaboración con la empresa de biotecnología Vytrus biotech, estos investigadores de CRAG actualmente están comprometidos a impulsar los límites de la tecnología para adaptar las propiedades naturales de las plantas para mejorar la respuesta inmunogénica y facilitar la estabilidad y entrega del antígeno.

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