Desarrollan nuevas uvas, frambuesas y nectarines con genética 100% chilena
Universidades, INIA y consorcios han logrado dar con sus primeros resultados y se abren paso a los mercados internacionales.
Universidades, INIA y consorcios han logrado dar con sus primeros resultados y se abren paso a los mercados internacionales.
Permite generar cambios idénticos a los que ocurren en la naturaleza para producir en condiciones extremas o mejorar la calidad nutricional de un vegetal y mejorar la sustentabilidad del agro. Democratiza la innovación y ya esta empujando agendas locales de desarrollos. En Chile ya se trabaja con ella.
Mientras Chile enfrenta una de las peores sequías de su historia, pueden ser clave algunos cultivos desarrollados con edición genética en el laboratorio de la Dra. Stange. Plántulas de tomate y kiwi editadas con CRISPR para tolerar condiciones de sequía y salinidad crecen en paralelo a manzanas que han sido editadas para una mayor nutrición y no oxidarse tras ser cortadas. ¿Podrá Chile ser un ejemplo mundial en la adopción de esta nueva tecnología?
Un nuevo estudio muestra el rol clave que durante dos décadas ha jugado Chile como semillero de contraestación y polo internacional de I+D en cultivos transgénicos. Ahora, su adopción temprana de un enfoque regulatorio que permite el uso de cultivos editados genéticamente, daría vía libre al campo una nueva gama de cultivos editados con CRISPR por entidades públicas nacionales para enfrentar los desafíos climáticos de la agricultura local.
Según el informe del Programa Mundial de Alimentos, en el año 2018, alrededor de 113 millones de personas alrededor del mundo experimentaron crisis alimentaria como consecuencia del cambio climático. Es por ello que diferentes científicos trabajan para encontrar soluciones que eviten un desabastecimiento para el año 2050. Usar cultivos modificados genéticamente es parte de la solución que proponen.
Tomates y kiwis son el primer foco de este proyecto que mediante la ingeniería genética permitirá la producción de variedades más tolerantes a tierras salinas y que requerirán menos agua. La iniciativa desarrollará también bioestimulantes aplicables directamente a las plantas para hacerlas más tolerantes al estrés provocado por la sequía y la salinidad, y contempla además una campaña para fomentar la agricultura sustentable y concientizar sobre el cuidado del medioambiente a la comunidad.
En una constante desertificación generada por el cambio climático, diferentes científicos trabajan para encontrar soluciones para evitar una desabastecimiento para el año 2050. Chile no es la excepción, aunque todavía no se discutan leyes que regularicen o impulsen las investigaciones relacionadas al mejoramiento de las frutas y vegetales.
El Director Ejecutivo de ChileBio plantea que la normativa clara y el liderazgo en alimentos del país favorecen que las empresas de biotecnología chilenas, así como universidades y centros de investigación públicos, desarrollen esta técnica.
Recientemente se entregaron los primeros resultados de un proyecto de mejoramiento genético de la Universidad de Chile, con el desarrollo de una nueva variedad de ciruela más dulce, jugosa y crocante, además de un período más largo de poscosecha, ideal para mercados lejanos como el de Asia.
En seis años, variedades de duraznos y nectarines desarrolladas por el Laboratorio de Mejoramiento Genético y Calidad de la Fruta de la Universidad de Chile, han alcanzado unas 350 hectáreas plantadas y cerca del 20 por ciento de las ventas de plantas a nivel nacional. A las proyecciones de crecimiento en este ámbito, se suma la promisoria comercialización de nuevas variedades de ciruelas y kiwis y el trabajo que este equipo de investigadores está impulsando para mejorar la producción de damascos y nogales.