La adopción de cultivos transgénicos alcanza récord histórico en España con casi 100.000 hectáreas.

El cultivo en España de maíz transgénico resistente a insectos (maíz Bt), ha alcanzado un récord histórico de adopción en 2011 con 97.326 hectáreas, representando el 26,5% del total de maíz grano sembrado en el país. Así se desprende de los últimos datos ofrecidos por el Ministerio Español de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino (MARM) sobre superficies de maíz sembradas en España durante 2011.

El total de  97.326 hectáreas cultivadas con maíz Bt en 2011, representa un incremento de 20.751 hectáreas y un  27% respecto a 2010. Aragón es la comunidad autónoma con mayor superficie sembrada de maíz Bt con 41.368 hectáreas, 12.716 más que en 2010. Le siguen Cataluña y Extremadura con 29.632 y 10.567 hectáreas, respectivamente, y un aumento de 1.374 y 2.797 hectáreas cada una.

Respecto a la producción total de maíz grano en 2011, los cultivos transgénicos han representado el 26,5% del total, un 1,9 % más que en 2010, año en el que alcanzó el 24,6 %, lo que significa una de cada cuatro hectáreas de maíz grano sembradas en España.

Un año más los agricultores han confiado en las variedades transgénicas, semillas que les permiten incrementar la producción de una forma más sostenible. El uso de estas semillas se basa en decisiones anuales del agricultor que dispone en el mercado de otras muchas variedades obtenidas por mejora genética convencional.

El maíz transgénico que se cultiva en España (MON810) fue autorizado para su cultivo en la Unión Europea en mayo de 1998, con excelentes resultados de eficacia y seguridad confirmados, anualmente, en los Planes de Seguimiento. Este maíz puede emplearse para elaborar alimentos o piensos.

Su uso permite a cada agricultor mejorar la sostenibilidad de su explotación, en aspectos económicos como consecuencia de la reducción de mano de obra, menor depreciación de maquinaria, ahorro de combustibles y de costos en fitosanitarios, y en aspectos medioambientales, al  eliminar el uso de insecticidas contra el gusano taladro, y contribuir a una disminución en las emisiones de CO2 a la atmósfera. La proteína Cry sintetizada en el maíz Bt que otorga la resistencia a insectos, es inocua y es la misma autorizada en la agricultura orgánica para combatir ciertas plagas de insectos.

Fuente: Fundación Antama

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