Mulet

“Si tuviéramos que alimentar a 7.000 millones con las plantas del Neolítico la gente se moriría de hambre”

«Ahora tenemos evidencias para decir que los transgénicos son una tecnología segura que nos puede hacer la vida más fácil», afirma José Miguel Mulet, biotecnólogo y divulgador científico español, en ‘Entrevista’ del medio RT. ¿Qué es lo que verdaderamente buscan las organizaciones ecologistas con campañas antitransgénicos? ¿Por qué en EE.UU. la imagen de los transgénicos no es mala, a diferencia de Europa? ¿Por qué comer natural no es lo mismo que comer sano?

El portal RT ha publicado una entrevista al el bioquímico y divulgador científico español José Miguel Mulet en el que el experto analiza la realidad de la alimentación, el concepto de producto “natural” y la realidad de los alimentos transgénicos y ecológicos (u «orgánicos»). El científico recuerda que el hombre ha seleccionado las mejores semillas desde los orígenes de la agricultura y que ha ido domesticando las plantas por procesos artificiales, desde cruces e hibridaciones hasta mutando el ADN con técnicas como la radioactividad o productos químicos. “Práticamente todo lo que podemos comprar en una frutería provienen de plantas silvestres que no se parecían en nada a las actuales”, recuerda. Casi «todo lo que comemos es artificial y que sea artificial no significa que sea peor» afirma.

La domesticación se hizo para que la comida fuera mejor, más nutritiva y productiva. Por eso prácticamente todo lo que comemos es artificial, pero eso no significa que sea peor. “Si ahora tuviéramos que alimentar a 7.000 millones de personas con las plantas del Neolítico la gente moriría de hambre”, afirma Mulet. Pero la publicidad nos está vendiendo el concepto “natural” como algo positivo cuando realmente no lo es. “Para vender no hacen falta datos científicos, tienen que apelar a las emociones (…) La palabra “natural” vende mucho porque a todo el mundo le gusta la naturaleza, es un producto de marketing«, sostiene.”, explica.

Mulet afirma que la alimentación ecológica/orgánica también tiene una industria detrás y recuerda que la etiqueta de “ecológico” se refiere únicamente a cómo se ha producido el producto, no a su calidad. Los transgénicos entran también en esta lucha comunicativa del mercado alimentario, “un tema en el que la realidad científica está muy separada de la percepción social, posiblemente por culpa de los científicos que no hemos sabido comunicar lo que estamos haciendo”.

LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS

«Lo transgénico tiene una mala imagen porque se ha hecho una campaña de opinión muy fuerte en contra, pero curiosamente, cualquier ciudadano que pueda asociar transgénico con dañino puede estar utilizándolo todos los días sin saberlo», opina Mulet. El divulgador científico pone como ejemplo el hecho de que una persona se vista con ropa hecha a partir de algodón (más del 75% del algodón mundial es transgénico).

Por otro lado, el biotecnólogo asegura que en la actualidad la comunidad científica cuenta con las respectivas evidencias para decir que los transgénicos son una tecnología segura que puede hacer la vida más fácil. «Hace 20 años los críticos decían que los transgénicos producían cáncer, que eran peligrosos para la salud, alertaban de peligros un poco apocalípticos. Luego empezaron a decir que el peligro era para el medioambiente y la biodiversidad, pero nada de lo que decían se ha ido cumpliendo», afirma.

El experto deja claro de primeras que si existieran pruebas de riesgos de cualquier variedad transgénica se retiraría del mercado inmediatamente. “En 20 años la única variedad transgénica que se ha retirado ha sido una remolacha, no por un problemas de salud, sino porque se demostró que en las zonas donde se sembraba había una variedad silvestre que podía hibridar, se retiró para evitar problemas con la biodiversidad”, explica Mulet.

CONTRADICCIÓN EUROPEA

Ahora mismo en Europa no hay transgénicos, porque sus leyes son más restrictivas que otras partes del mundo, y solo se siembra una variedad modificada genéticamente: el maíz, que se utiliza principalmente para piensos animales. No obstante, se importan otras variedades transgénicas como la soya o la canola. «En principio en alimentación no se utiliza transgénicos. Lo más divertido es que por ejemplo, en lo referente a la carne, casi todos los animales se habrán alimentado con ese maíz y soya transgénica«, explica.

Y remarca lo incongruente que es no permitir el cultivo pero sí la importación (las cuales vienen en aumento especialmente desde los países productores de Norte y Sudamérica), una política que está perjudicando al agricultor europeo, a la industria y también al consumidor, que tiene alimentos más caros porque está pagando los gastos de la importación. Por otro lado, si los gobiernos europeos vieran riesgo en el uso de los transgénicos no permitirían su importación.

Además, muchos transgénicos cuentan con un informe favorable de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), pero no son aprobados por temas políticos y la presión que ejercen organizaciones internacionales como Greenpeace, declara Mulet.

“En el caso de los transgénicos en Europa es estúpido decir que las leyes se han hecho desde la industria y no pensando en la presión de organizaciones ecologistas. El mejor ejemplo es que en 20 años solo hemos autorizado para cultivar una variedad. Si esa es la presión que puede hacer el lobby menuda porquería de lobby”, afirma contundente Mulet.

ONGs ECOLOGISTAS

De acuerdo con Mulet, lo que buscan las organizaciones ecologistas con campañas antitransgénicos es publicidad. «Una organización internacional tan grande [en referencia a Greenpeace] tiene unos gastos estructurales muy altos. Cómo se mantiene toda esa organización, pues necesitan socios que paguen las cuotas. Claro, eso ya desvirtúa: si tú tienes una estructura muy grande que necesitas que se financie al final tus operaciones no irán tanto encaminadas a salvar el planeta, sino a buscar un impacto mediático, mucha publicidad para tener a más gente».

El vídeo completo de la entrevista lo tenéis a continuación.

Comments are closed.