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Una papa genéticamente modificada reduce en 90% el uso de pesticidas e impacto ambiental

La Autoridad de Desarrollo Agrícola y Alimentario (Teagasc) en Irlanda y la Universidad de Wageningen de Holanda han terminado un estudio de campo que investigó el impacto ambiental y agronómico de una variedad de papa genéticamente modificada (con genes de papas silvestres) para resistir la enfermedad del tizón tardío, causada por el hongo Phytophthora infestans. Los resultados demuestran que el uso de esta papa en combinación con sistemas avanzados de gestión integrada puede reducir el impacto ambiental de la producción de papa en más del 95%.

Como parte del proyecto «AMIGA» financiado por la Unión Europea (UE) y en colaboración con la Universidad de Wageningen, Teagasc analizó cuestiones como la eficacia del control de enfermedades y el impacto medioambiental resultante durante el cultivo de una variedad de papa susceptible (Désirée) y dos variedades de papa resistentes diferentes: Sarpo Mira, desarrollada a través de mejoramiento convencional, y una versión resistente de Désirée que recibió un gen de resistencia de una papa silvestre a través de cisgénesis (no transgenia, en donde se usa un gen de otra especie distinta). La cisgenia permite el enriquecimiento de las variedades de papa existentes en tan solo 3 años frente a los programas actuales de mejoramiento convencional de la papa que requieren 12 años o más para producir una nueva variedad.

Después de someterse a una revisión por pares independientes, los resultados de 3 años de evaluaciones de campo se han publicado en las revistas científicas European Journal of Agronomy y BMC Ecology.

La investigación, realizada tanto en Holanda como en Irlanda, concluyó que las estrategias de producción integradas que incluyen variedades con resistencia genética mejorada contra la enfermedad del tizón tardío pueden reducir el aporte medio de fungicidas en un 80-90%, sin comprometer la eficacia o el rendimiento del control. Esto puede proporcionar opciones de control más duraderas para los agricultores a la vez que reduce significativamente la huella ambiental del cultivo.

Variedad de papa Desiree susceptible (no modificada), y variedad Desiree cisgénica durante los 3 años de ensayos de campo.

El equipo internacional desarrolló un enfoque ‘MIP2.0’ que incluye variedades resistentes al tizón tardío y se basa en los principios preventivos del Manejo Integrado de Plagas (MIP). MIP2.0 podría permitir a los productores reducir fuertemente los insumos necesarios de agentes de control químico. También asegura un rendimiento equivalente a la práctica actual, protege el limitado germoplasma natural utilizado para crear las variedades resistentes y reduce significativamente el impacto ambiental del cultivo de la papa en general.

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El enfoque MIP2.0 agrega tres componentes adicionales a la estrategia de control actual para el tizón tardío de la papa: el uso de variedades resistentes, monitoreo activo del patógeno del tizón tardío y una estrategia de «no rociar a menos que», que dicta que un productor solo necesita aplicar fungicidas cuando una variedad resistente está en riesgo de infección debido a la adaptación del patógeno. Esta estrategia garantiza que los cultivos de papa estén protegidos en todo momento mientras se minimiza el riesgo de que los genes de resistencia pierdan su eficacia.

El criterio ambientalmente reconocido y disponible públicamente para los pesticidas se utilizó para cuantificar el impacto ambiental. En base a esto, la variedad sensible al tizón tardío Désirée cultivada bajo la práctica común recibió más de 700 puntos de impacto ambiental. La misma variedad cultivada bajo MIP2.0 redujo esta puntuación a alrededor de 400 puntos. Sin embargo, ambas variedades resistentes obtuvieron mejores puntajes bajo MIP2.0: el cultivo de Sarpo Mira recibió un promedio anual de solo 40 puntos, mientras que la versión resistente cisgénica de Désirée obtuvo menos de 10 puntos.

La variedad cisgénica resistente al tizón fue la que obtuvo un menor impacto ambiental en la medición.

Investigaciones ambientales adicionales examinaron poblaciones de nematodos del suelo, que juegan un papel clave en los procesos del suelo con alteraciones en la estructura de la comunidad de nematodos que tienen el potencial de influir considerablemente en el funcionamiento del ecosistema. En efecto, las fluctuaciones en la diversidad de nematodos y/o la estructura de la comunidad se pueden medir como un «barómetro» de la biodiversidad funcional de un suelo.

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Con base en las métricas estudiadas, el cultivo de la variedad de papa cisgénica no tuvo un efecto significativo en la diversidad o estructura de la comunidad de nematodos, en comparación con la variedad de control no modificada. En contraste, se identificaron diferencias significativas entre cada año del estudio debido a los climas fluctuantes y también entre las variedades estudiadas debido a las diferentes estructuras de las plantas.

Paralelamente al activo programa de investigación, el personal del proyecto completó más de 95 eventos de transferencia de conocimiento en todo el país para apoyar el debate público sobre los desafíos que enfrenta la producción futura de papa y los costos/beneficios de las posibles soluciones.

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