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Campaña anti-transgénicos ha basado su éxito en imágenes sensacionalistas y desinformativas

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Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte y la Universidad Wesleyana de Nebraska en Estados Unidos, han publicado un estudio en el que analizan la controversia internacional sobre los cultivos transgénicos, y como los altos niveles de oposición a esta tecnología pueden atribuirse al gran éxito de la campaña anti-transgénicos en el campo visual, basado en imágenes altamente desinformativas y sensacionalistas.

Mediante el uso de las características únicas de la Internet para crear imágenes meméticas que pueden viajar libremente a través de las fronteras lingüísticas y culturales, los oponentes a los cultivos transgénicos han sido capaces de desestimar ante la sociedad y restarle importancia a las afirmaciones y hechos racionales (basados en la ciencia) acerca de la seguridad de los cultivos transgénicos.

Como respuesta a la narrativa coherente y única del consenso científico sobre los transgénicos, surge un conjunto difuso de “desafíos” y “miedos” por parte de los opositores. Califican un eventual y supuesto riesgo proveniente de la ingeniería genética a nivel de catástrofe, dejando a las industrias que producen y fabrican la tecnología en un perpetuo estado de crisis. En lugar de la narrativa unificada de certidumbre y seguridad científica, cada desafío de los opositores presenta una multiplicidad de narrativas difusas que desestabilizan la comprensión para el público general acerca del riesgo (y su sólida evaluación) que suponen los transgénicos.

Las temáticas recurrentes en las imágenes virales que utiliza la campaña anti-transgénicos apelan a ejes centrales: criticar el proceso de modificación genética (tergiversando el fitomejoramiento realizado en campo y el de laboratorio), las patentes u obtenciones vegetales (apelando al errado concepto de “patentar la vida” o especies), la imagen del producto final modificado (apelando a lo artificial y antinatural, como los cultivos “Frankenstein”), y la seguridad del producto modificado (apelando a daños al medioambiente, signos de “riesgo biológico” o “toxicológico” o terribles enfermedades en animales).

La oposición contra los transgénicos se encuentra entre los movimientos de protesta de mayor éxito en la historia moderna, fusionando estratégicamente nociones de lo global y lo local, sintetizando símbolos universalmente reconocibles (como la globalización o el neoliberalismo) con apelaciones locales. Este es uno de los marcadores del movimiento anti-transgénicos, responsable a su vez del éxito del movimiento y del fracaso de la «ciencia sólida» para persuadir al público acerca de la seguridad de esta tecnología.

El hecho de que las imágenes funcionan según lógicas que eluden la argumentación racional en sus apelaciones a la opinión pública, significa que la proliferación de la argumentación basada en imágenes a través de tecnologías digitales globales puede tener profundas implicaciones para la toma de decisiones políticas.

Los investigadores finalizan agregando que su investigación pretende aumentar la comprensión tradicional de la forma en que la gente puede interactuar con la “pantalla pública» cuando se explica algo de una forma en la que el dominio de lo visual en el discurso político puede privilegiar la toma de decisiones políticas no racionales.

Estudio: http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/15295036.2016.1193670

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