Productores de semillas Paraguayos están a favor de los cultivos transgénicos.

Para la Asociación de Productores de Semillas de ese país es preocupante la visión de que la biotecnología es dañina, ya que impide que sea utilizada como herramienta para mejorar la producción agrícola.

El presidente de la Asociación de Productores de Semillas del Paraguay (Aprosemp), Humberto Páez, manifestó la preocupación de la organización por la visión negativa que se tiene de la biotecnología.
Páez considera que las creencias de que la biotecnología causa daño al medio ambiente constituyen una mala interpretación y un “fanatismo”, por carecer de argumentos sólidos.

Así mismo resaltó que todas las variedades de semillas obtenidas por expertos y técnicos especializados (aquí o en el extranjero), permitieron un mejor aprovechamiento de las semillas transgénicas para satisfacer las demandas del sector agrícola nacional.
Sin embrago, en Paraguay sólo hay un evento genéticamente modificado aprobado: la soya RR
(Roundup Ready), que es resistente al herbicida glifosato.

“Lo que buscamos en forma institucional y como gremio semillerista es al menos impulsar que se realicen los ensayos de campo para desarrollar más variedades con eventos biotecnológicos, considerando que los países vecinos ya lo están haciendo en varios eventos y varios rubros”, aseguró.

Y agregó “El problema es que, por ejemplo, con el maíz no nos dejan tan siquiera hacer los estudios. Eso no implica que queramos plantar maíz con biotecnología el día de mañana, sino que queremos que nos permitan como empresas realizar los estudios de esos maíces para poder introducirlos en el país”.

Para el funcionario, es importante que Paraguay cuente con los estudios sobre variedades genéticamente modificadas (como en Brasil y Argentina, por ejemplo); además porque así “se podría evitar el ingreso de contrabando por ejemplo, de maíz transgénico, como ocurre actualmente”.

Recordó que un caso muy parecido aconteció con el algodón transgénico, ya que se prohibió su entrada, se dilató su estudio y no se pudo evitar su introducción de contrabando, porque las fronteras secas son muy permeables.

“Semillas ilegales de algodón fueron provistas al agricultor, variedades que no estaban certificadas, hecho que en muchos casos ocasionó la pérdida de los cultivos, porque los productores fueron estafados”, aseveró.

Insistió en que las autoridades deben regularizar los estudios para variedades con eventos transgénicos; que se investigue, respetando las leyes y con las medidas de bioseguridad correspondientes, para que el productor sea el que opte por lo que más considere conveniente. Igualmente dijo que en Paraguay existe superficie suficiente para los que quieran trabajar con biotecnología como también para aquellos que quieran trabajar con productos convencionales e incluso orgánicos.

Para Páez “sería muy interesante incorporar biotecnología a nuestras variedades, a fin de tener una que reactive el cultivo de algodón en el país y que la patente sea paraguaya”.

Fuente: abc.com.py

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